martes, 9 de julio de 2013
La educación es una inversión, no un gasto.
La educación pública y gratuita ha sido, junto a la sanidad, una de las grandes conquistas que ha contribuido a hacernos mejores. Se le pueden hacer muchas críticas a cómo se ha gestionado y desarrollado, pero esas críticas deberían contribuir a mejorarla, no a cargársela como intentan.
La educación pública y gratuita perjudica e incomoda a la derecha, y por eso han empezado ya la campaña de acoso y derribo: que si los profesores son unos vagos, que si trabajan menos que los de la privada y la concertada, que si el coste es excesivo... mentiras y tópicos repetidos una y otra vez hasta que consigan el efecto deseado: cuestionar un derecho que significa libertad.
Porque una sociedad educada es una sociedad mucho más libre. La educación no es un gasto, es una inversión que a la larga convierte al país y a sus ciudadanos en más prósperos y más libres. Pero la libertad, ya se sabe, pone de los nervios a esa derecha que necesita mano de obra barata, dócil y sumisa. Que necesita que una formación en condiciones sólo la tenga quien puedan pagarla. Que son ellos, naturalmente.
En Madrid, Galicia, Valencia, Castilla la Mancha, el descarado cuestionamiento de la enseñanza pública y gratuita se traduce ya en recortes y disminución de los centros públicos en beneficio de los concertados. Solo cabe esperar que la clase trabajadora, la gran beneficiaria de la educación pública, no se achante y alce la voz para que nuestros hijos, y nietos continúen haciendo uso de este derecho universal, el derecho a una educación pública y de calidad.
(Artículo de blog, Manuel Pastrana)
